Este año creo que, por diversos motivos, me voy a quedar sin vacaciones (rectifico..., creo que no voy a salir a ningún sitio, vacaciones sí que voy a tener, ¡menos mal!), así que no me queda otra que conformarme con pensar en cómo hubieran sido mis vacaciones en lugares que tengo muchas ganas de visitar, como Umbria y la Toscana (rectifico de nuevo..., estuve hace años, muchos, tantos que casi no me acuerdo).
Y ya sería el no va más si el destino fuera Mazzini 31, un antiguo Palazzo medieval, en la bella localidad de Monteleone d'Orvieto, que ha sufrido a lo largo de los siglos diferentes reformas (en el siglo XIX fue una elegante residencia nobiliaria), hasta la última, en 2012, después de ser adquirida, en un estado deplorable, por sus propietarios actuales, y convertida en un magnífico alojamiento hostelero.
Durante el proceso de actualización, mediante el que se descubrió toda su belleza interior, se despojó a las estancias de capas de papel pintado, yeso y pintura, para revelar una preciosa combinación de pared y techos que abarcan cuatro siglos. Este lienzo desnudo se ha "pintado" con mobiliario y objetos decorativos de diferentes estilos y épocas, con lo que se ha logrado un magnífico y elegante ejercicio de eclecticismo.
Magnífico, ¿no os parece?
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