¡Y yo que me consideraba un acumulador compulsivo! Mi casa, al lado de esta que os traigo hoy, es el summum del minimalismo. La acabo de descubrir y todavía no salgo de mi asombro. Es, probablemente, la casa más... (¡no encuentro los calificativos!, cada uno que ponga el que quiera) que me he encontrado.
Se trata de la casa, en el sur de Melbourne (Australia), del artista, pintor y escultor, Greg Irvine. Y además de eso, es un apasionado coleccionista de todo lo que encuentra a su paso y, si no, basta echar un vistazo a su vivienda para darse cuenta de ello, ya que encontramos colecciones de absolutamente casi todo lo que puede coleccionarse, desde botes a platos, cerámica victoriana, objetos de baquelita, telas antiguas, cajas decorativas, hasta.... ¡peinetas!
No hay un hueco de la casa en la que no haya un grupo de objetos. ¡No quiero imaginarme lo que tiene que ser limpiar el polvo allí! A pesar de este horror vacui (miedo a los espacios vacíos) del que sufre Greg Irvine la vivienda tiene algo de atrayente, de hipnótico que nos hace mirarla una y otra vez, ¿verdad?
¿Podriáis vivir en una casa así?
Procedencia de las imágenes: The Design Files
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