Me encanta cómo los propietarios de este apartamento sueco, de apenas 45 m2, han sabido romper la monotonía cromática (blanco, madera clara), propia del estilo nórdico, mediante la introducción de toques de color vivo (especialmente amarillo) en todos y cada uno de los rincones de la vivienda, con lo que el color amarillo, de plena tendencia este verano, se convierte en el verdadero leit motif, en el común denominador de toda la decoración de la casa.
Gracias a esta redundancia cromática, sabiamente distribuida, y provieniente de cualquier elemento (cojines, colchas de cama, tapas de un libro, tiradores de los armarios de cocina, flores...) hay una gran uniformidad y, sobre todo, se aporta una gran calidez.
¡Me encanta! Además, como ya sabéis, me pirra el amarillo!!! Y, a vosotros, ¿qué os parece?
¡FELIZ FIN DE SEMANA!
Procedencia de las imágenes: My Scandinavian Home
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