A veces es difícil explicar cómo una serie de objetos decorativos acaban encontrando su ubicación en un espacio determinado, unos al lado de otros, pero lo cierto es que en ocasiones esas agrupaciones presentan un resultado magnífico. Es lo que sucede con los elementos que vemos en estas fotografías, encima de un piano. Lo más sorprendente es que la mayoría de estos objetos no tienen una relación aparente entre ellos y, sin embargo, pareciera que han estado ahí juntos siempre.

Pero si nos fijamos bien, si nos detenemos un rato a contemplar la escena, comprenderemos la razón que los ha unido, aparte de la belleza inherente a cada uno de los objetos por separado. Los cuadros con el plano de París y la vista de una ciudad moderna, la maleta del suelo, los dos pares de zapatos, el precioso azulejo con un barco, las golondrinas..., son elementos que, de una manera u otra, nos hablan de viajes, de movimiento, de ir de un lado a otro.

Y ahí esta el arte de la composición, en ir buscando un motivo de agrupación, aunque no resulte obvio en un primer vistazo. El resultado es genial, ¿no os parece?

Procedencia de las imágenes: Mokkasin

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