Según va haciendo buen tiempo y se acercan las vacaciones, me apetece más publicar viviendas en el campo. No sé, es como un chip que se activa en mi cerebro cada vez que llegan estas fechas, algo que se pone en funcionamiento y que me dice que va siendo hora de cambiar la ciudad, el asfalto, el ruido cotidiano (algo que, por otro lado, me encanta, ¡soy muy urbanita!), por el campo, la tranquilidad, la calma.
Es por ello que se me van los ojos a casas como la que hoy quiero compartir con vosotros. Está en la Borgoña francesa, tierra de excelentes vinos, y es una antigua casa del siglo XVII totalmente renovada por la interiorista Veronika Isker, para adaptarla a los modos de vida actuales. En la vivienda, que estaba en bastante mal estado, se han respetado algunos de sus elementos estructurales más característicos, como las vigas de madera o las paredes de piedra.
En la decoración se ha optado por elementos muy básicos pero con un gran encanto y de estilo rural, casi todos provinientes de mercadillos y brocantes de la zona, ya que no se ha querido recargar los ambientes, como corresponde a una casa a la que sus propietarios van para relajarse durante los fines de semana.
No me digáis que no dan ganas de escaparse y perderse allí durante una temporadita, ¿verdad?
Procedencia de las imágenes: The Telegraph
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