Quienes leéis habitualmente el blog ya sabéis que una de las palabras desterradas habitualmente del "universo Etxekodeco" es el término "minimalismo". Respeto todas las opciones de estilos decorativos, creo que de todas se puede sacar algo positivo, es más, estoy plenamente convencido de que la mezcla de todos ellos, siempre que sea con buen gusto y cierto entendimiento, es la que da como resultado los grandes proyectos decorativos.
Sin embargo, el minimalismo a secas, que yo asocio con la blancura extrema, los espacios asépticos y con escasez de muebles y de objetos decorativos (y por lo tanto de vida), no ha sido nunca santo de mi devoción. Pero ha sido ver esta vivienda en Kiev, la capital de Ucrania, y he pensado que el minimalismo puede adoptar matices que lo hagan más "amable", más cálido. Y es lo que sucede aquí.
En la paleta cromática predominan los tonos marrones, terráceos, que imprimen calor a los espacios, distanciándolos del minimalismo "clásico" al que estamos acostumbrados. El mobiliario se reduce a lo indispensable, sin embargo no da sensación de vacío, a lo que ayuda también una excelente distribución del sistema de iluminación.
¿Qué os parece?
Procedencia de las imágenes: Behance
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